Cuando el día aún no ha despertado....
cuando el otoño aún no llega...
las diferencias de temperaturas, suelo y aire, se evidencia....
los edificios desaparecen...
las farolas resplandecen y el camino antaño luminoso y soleado desaparece.
Valle de Trapaga queda anclada en el tiempo. Se mueve lentamente, silenciosa.
Y ni la fila de farolas es capaz de alumbrar más allá de la acera.. El rio serpentea, entre plantas y agua hacia oscuros destinos.
Y ni el majestuoso ascensor es capaz con sus luces discontinuas de iluminar su propio hormigón.
Y aunque lo parezca la foto no está movida, sino que se trata de la niebla haciendo de las suyas.